domingo, 9 de mayo de 2010

Requiem por el Parque de la Arganzuela

Al año de casarme, en 1997 nos fuimos a vivir a un piso en la zona de la Glorieta de Marques de Vadillo. Cerca estaba el Parque de la Arganzuela, un larguísimo parque que se extendía desde el Puente de Toledo hasta los antiguos mataderos municipales de la Plaza de Legazpi.

El parque, sin ser de los más bonitos de Madrid, tenía esa larga extensión lo que permitía patinar y montar en bicicleta a parte de pasear. Tenía varias zonas de juegos infantiles y varios puentes que unían ambas riveras del Manzanares. Casi al final del parque encontrábamos la primera de las naves del antiguo matadero municipal reconvertida en un interesante invernadero con 4 hábitats bien diferenciados. Lo mejor del parque. Luego llegabas a la llamada Casa del Reloj, que actualmente es sede de la Junta Municipal del Distrito de Arganzuela. Y después el resto de las naves del antiguo matadero hasta llegar a Legazpi. En aquella época no estaban en uso.

¿Por qué hablo en pasado del Parque de la Arganzuela? Básicamente el motivo es que apareció Alberto Ruiz-Gallardón y se convirtió en Alcalde de Madrid en 2003.

Un año después de su investidura, el Excelentísimo Alcalde de Madrid (en adelante el Topito Cavador) obtuvo la cesión desde el Ministerio de Fomento de lo que en aquel entonces se llamaba M-30 y pasó a llamarse Calle-30. En un mega-proyecto faraónico, Topito Cavador decidió que todos los males de Madrid consistían en que la Calle-30 cortaba el paso entre sus márgenes. Así que diseñó el soterramiento de toda la vía.

Las obras de soterramiento terminaron en 2007. No quedó mal, ahora se circula mejor por la Calle-30, pero... si, siempre hay un pero, en esta caso mucho más de uno.

El primero fue el coste. El proyecto costó lo mismo que la ampliación del Canal de Panamá, con la diferencia de que la ampliación del Canal le reporta a Panamá pingües beneficios mientras que a Madrid le reporta una deuda hasta el año 2050, eso antes de la crisis.

El segundo pero es que con tan ingente coste, y tres años después, aun no ha sido terminada la reforma de la superficie sobre la zona soterrada, y eso nos lleva al tercer pero.

El tercer pero es que las obras destrozaron el Parque de la Arganzuela. Y cuando digo destrozado me refiero a una escena propia de la guerra. He visto terrenos batidos por bombardeos de saturación de artillería y tienen mejor aspecto que el parque. Solo se salvó la Casa del Reloj y el invernadero, pero el invernadero quedó tan metido en la obra que ha permanecido cerrado o al menos oculto y aunque ahora es visitable ha perdido bastante de su encanto pues está rodeado de vayas de obra, cráteres y montañas de escombro.

Mención a parte merece el Puente de Toledo, que fue totalmente remodelado a finales de los 90 quedando como una zona de paseo preciosa con un par de terrazas en su entrada por Marqués de Vadillo. Durante las faraónicas obras lo cubrieron con una especie de yeso/tela amarilla para protegerlo, yeso/tela que han retirado los últimos trozos este mismo año.

¿Conclusión? Después de 3 años de finalizar las obras la zona que va desde el Puente de Toledo hasta casi la Plaza de Legazpi parece Beirut Oeste después de la guerra civil libanesa. Como nuestro amigo Topito Cavador Faraón de Ambas Margenes del Manzanares se quedó sin dinero sigue mareando la perdiz en la zona, y la vista desde el Puente de Toledo, antaño más o menos armoniosa, ahora es la de alguna escena de Salvar al Soldado Ryan.

Esta tarde fui con mi hija al parque, solo pudimos entrar en el invernadero, ahora gratis y cuya visita recomiendo, pero la visión del parque me trajo los recuerdos de mis paseos por la zona y me deprimió totalmente. Mi mujer, que nació por la zona, ha patinado de pequeña en ese parque, mi hija con dos años jugó en él toda una generación después, pero ahora ya nadie pasea por esa escombrera.

Gracias, gracias Topito Cavador por anteponer los coches sobre las personas, por destrozar mi memoria y por destruir el Parque de la Arganzuela.

Así era el Parque:




Así lo ha dejado Topito Cavador:




Tres años después de finalizada la obra y sin dinero... Parque de la Arganzuela Requiescat in pacem.

1 comentario:

Soledad Gato dijo...

Gracias por traerme a la memoria una vida vivida en torno a nuestro aprendiz de río. Tenía un aspecto pueblerino encantador y en otras de paseo romántico. Y los peques disfrutaban sus aventuras en sus arboledas y zonas de patinaje. Sí fue hermoso y nuestro. El ansia de protagonismo y la avaricia lo destrozó. Defendemos lo rescatable de tanta ignorancia interesada.